Siguió entonces su vuelo el torcazo y la paloma se quedó más tranquila.
Volvió la zorra y volvió a ponerse bajo el pino y con su voz más grave más amenazadora dijo:
-Paloma échame uno de tus palominos, que si no me echas un palomino con mi rabo rabino voy a cortar el pino y te voy a comer a ti y a tus palominos.
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