lunes, 15 de marzo de 2010

La zorra y la paloma



Había una vez una paloma que vivía con sus palominos en un pino. Vivía la paloma feliz y tranquila en el pino con sus palominos; pero un día… pasó por allí una zorra hambrienta y levantó la cabeza hacia el cielo azul de aquel día.
Después se quedó mirando la zorra a la copa del pino y vio a la paloma con sus palominos.
-Paloma, échame uno de tus palominos, dijo la zorra. Échame un palomino, que si no me lo echas con mi rabo rabino corto el pino y te como a ti y a tus palominos.
La paloma, que había visto a la zorra acercarse, cuando oyó lo que decía se asustó; se asustó mucho, muchísimo, y se echó a llorar creyendo lo que decía la zorra.
Estaba la paloma llorando con muchísima tristeza cuando pasó cerca del pino el torcazo y vio a la paloma y viendo que lloraba se le acercó y le preguntó:
-¿Por qué lloras?
-Lloro - respondió la paloma- porque la zorra quiere comerse a mis palominos y comerme a mí también, y ha dicho que tengo que echarle un palomino… y que si no le echo un palomino con su rabo rabino cortará el pino y me comerá a mí y a mis palominos.
-No llores más paloma, no llores más -contestó entonces el torcazo- no creas a la zorra. Tú di que no se corta el pino con su rabo rabino, que se corta con un hacha de acero fino.
Siguió entonces su vuelo el torcazo y la paloma se quedó más tranquila.
Volvió la zorra y volvió a ponerse bajo el pino y con su voz más grave más amenazadora dijo:
-Paloma échame uno de tus palominos, que si no me echas un palomino con mi rabo rabino voy a cortar el pino y te voy a comer a ti y a tus palominos.
-No te lo echaré, no,... -respondió esta vez la paloma-. No te lo voy a echar no, que con tu rabo rabino no se corta el pino, que el pino se corta con un hacha de acero fino.
La zorra se quedo estupefacta, asombrada, turulata, se quedó hecha polvo al ver que había sido descubierta, , que la paloma no le iba a echar ningún palomino.
-¿Quién te lo ha dicho? preguntó. Seguro que ha sido el torcazo dijo la zorra respondiendo ella a su propia pregunta. Y añadió:
-Ya me lo tragaré cuando vaya al charco.
Pasaron los días, la paloma siguió su vida criando a sus palominos y la zorra siguió con sus fechorías por aquí y por allá.
Estaba el torcazo una mañana bebiendo agua en la orilla del charco cuando se le acercó la zorra silenciosa. Silenciosa, muy en silencio, dio un salto tan largo y tan alto que atrapó de un bocado al torcazo. Lo atrapó y se lo quería comer.
-Para tragarme - dijo entonces el torcazo tienes que decir antes: -"Zarpa".
Eso creyó y quiso decir la zorra; solo que para decirlo tuvo que abrir la boca y esto lo aprovechó el torcazo para escapar volando mientras decía:
-El rabo se me escapa.

Y colorín colorado, este cuento casi ha acabado. Allí se quedó la zorra mirando, hambrienta, engañada, sin paloma ni palomino ni torcazo. Y es que,... afortunadamente... las zorras no saben aún volar, pues si volasen, este cuento sería de otra manera y acabaría de otro modo. Y colorado colorin, llego el fin.

domingo, 14 de marzo de 2010

viernes, 5 de marzo de 2010

Adivinanzas en danza

Con cama al completo,
no es feroz león,
siempre muy discreto
y gusta del Sol.

2.

Llevo nombre santo,
de santo Santón;
casi llego a rama
con preposición.

3.

Con “P” comienza mi nombre,
con “O” se llega al final,
dos “ERRES” van de la mano.
¿Encontrarán la vocal?

4.

Por el suelo
voy despacio,
por el agua voy mejor.
La casa llevo conmigo
y no soy un caracol.

5.

Vuelo por el aire,
corro por el suelo,
no perdí la “Z”
pues siempre la llevo;
cuando vamos varias
siempre la perdemos.
Caso tan curioso…
¿Vos podéis creerlo?

6.

Soy pastor
y, sin ovejas,
por la calle
me verás;
mis raíces,
extranjeras.
No soy árbol,
sí alemán.

7.

Por llorón me tienen,
pues lágrimas tengo.
Verde en primavera,
desnudo en invierno.

8.

Col muy sola se sentía
y al campo un día se marchó.
Flor sí quiso ser su amiga
y juntas viven las dos.

9.

Soy lago sin serlo,
vuelo sin cesar,
plumas yo no tengo,
de pico: ¡Ni hablar!
Aunque yo esté en Murcia,
de Murcia no soy,
pero casi a Murcia
mi lago le doy.
¿Qué soy?

10.

Río siempre
a cada instante.
Río y no puedo parar.
Río siempre
hacia delante,
río siempre
hacia atrás.
Aunque río,
no sonrío,
pues no puedo
sonreír.
No tengo boca
y engullo
todo lo que viene a mí.

11.

Siempre soy Sol
al principio
y no lo puedo evitar;
luego dado
pequeñito
con quien tú puedes jugar.

12.

Luciente farola
de dama vestida.
Alumbra de noche
se apaga de día.

13.

Blanca soy,
de blanco visto
y no me gusta el calor;
vengo toda silenciosa
y ruidosa marcho yo.

14.

Un árbol me tiene
y el hombre también.
¿Qué es?

15.

Dama soy y boina llevo
y, aunque soy bello, sabrás,
que el fin de mi nombre está
y escrito queda:
—Leedlo.

16.

Verde niña,
roja joven,
negra anciana.
De espinas acompañada.

17.

Oro tengo aunque no tenga,
pendo la casa en lo alto;
muy redonda hago la puerta
y de un lado a otro volando.

18.

Es taba, no hueso.
Su nombre está impreso.

19.

Soy pollo y no tengo plumas.
Más que pollo sí que soy
y muy delicioso estoy
a quien guste de verduras.

20.

¿Qué cosa es
cara y bajo
a la vez?

21.

Soy arroz y no me comes.
Dame la vuelta y verás.

22.

Te lo pongo en la taza,
te lo puedes beber;
si no dices su nombre
no lo puedo creer.
¿Qué es?

23.

Nunca le busques tres pies
porque siempre tendrá cuatro;
si no ves ratones cerca
es que cerca andará un…

24.

¿Qué momia se envuelve en seda
para soñar, anhelante,
despertarse un día cualquiera,
poder volar y posarse?

25.

Aunque “SER” es mi principio,
en “TE” termina mi nombre
y llevo siempre conmigo
el valor de tres catorce.

26.

¿Qué animal
no es lo que parece
y vuela con las cinco vocales?

27.

Mi nombre es “MIL”
y valgo mucho más,
si cuentas lo que valgo
seguro que acertarás.

28.

Cana que no es pelo,
río que no es río.
Descifra este lío.

29.

Tan negras como el carbón
y van siempre en procesión.

30.

A decírtela voy,
pues decírtela quiero.
Te la digo ahora mismo,
te la estoy repitiendo.

31.

Pan era y no es pan.
¿Qué era?

32.

Para llegar a ser metro
antes tendré que ser kilo.
Piensa bien y después dilo.

33.

Tu hermana va
jaleando a las gallinas.
Seguro que te cortas
si no lo adivinas.

34.

Es la musa de la araña,
no se entretiene entre telas.
Si no lo adivinas pronto
te quedarás a dos velas.

35.

A ése cero cinco cero
(utiliza el lapicero)
dale un poquito de miel
y le sabrá muy, muy bien.
Y si quieres tú, preciosa,
ponle la cola al final…
¡No le sienta nada mal!

36.

Tres catorce
por delante del ojo.
Tres catorce
hace: pi, pi.
Tres catorce
por delante del ojo.
No lo vuelvo a repetir.

37.

Entre escama y escamita
esconde una camisita
y, a veces, el ojo irrita.

38.

En la cama me encuentras,
en la cocina también.
La cuchara a mí me lleva
y en el cazo estoy muy bien.

39.

¿Qué animal se vuelve loco por el oro?

40.

Llevo el llanto hasta tus ojos,
el ajo es un gran amigo;
en la ensalada me encuentras
y en el huerto del vecino.

41.

¿Qué título nobiliario
se escribe con “D”?

42.

Llevo el don
detrás del nombre,
soy un caballero blanco.
Algo un tanto misterioso
no deja a mi nombre manco.

43.

¡Qué bien le sienta
a esa “BACA” la “O”!

44.

Casi santa soy de noche
y más que santa de día
y, al ver mi cara tan roja,
a todos doy alegría.

45.

Enseñó la cara
al comer la col
y, al ver la cebolla,
presto la escondió.

46.

Soy pequeño espadachín
que no llego a mosquetero
y, aunque me odias,
te quiero;
me espantas con tu sombrero
y tu sangre tomo al fin.

47.

Vengo del país
de la fantasía;
con asma me ves,
mas nunca de día.

48.

Divisaba el mar
desde la garita
y una hermosa dama
acudió a la cita.

49.

Adivina, adivinata:
¿Qué animal se esconde
en la alpargata?

50.

El SOL me tiene.
La LUNA también.
Las ESTRELLAS,
un par de ellas
y en la TIERRA no se ve.

51.

A veces me pierdo y pienso:
mi vida es algo terrible;
con éste nombre que tengo…
perderme sería imposible.


Fragmento de una imagen de Yesica LaghezzaTexto: Carlos Blanco Sánchez
Imagen: Yesica Laghezza

Más de cincuenta adivinanzas en danza para descubrir sin tardanza. Y si no las descubrís, las soluciones vienen al fin.

http://www.educared.org.ar/enfoco/imaginaria/biblioteca/?p=2272#more-2272

Doña Blanca Leche, la de la nevera,


Doña Blanca Leche,
la de la nevera,
muy vitaminada
leche de primera,
se quiere casar
con hombre moreno,
de enorme prestigio
y de olor muy bueno.


Ha puesto un anuncio
dentro del mercado
buscando ese novio
que tanto ha soñado.
La llamaron muchos
buenos pretendientes
y, a ninguno quiso,
la muy exigente.

Vino en la mañana
el novio añorado,
un chico moreno,
negrito, tostado.
Los dos se casaron
dentro de un tazón
y café con leche
es la invitación.

Se vino a la boda
el pan orgulloso,
jugo de naranja
y un huevo curioso.
Se vistió de crema
Doña Mantequilla
y la mermelada
llevó su sombrilla.

Y en esta boda
de café con leche
se fueron juntando
todos, uno a uno,
en esa bandeja
de mi desayuno.

http://www.educared.org.ar/enfoco/imaginaria/biblioteca/?p=444


Texto: Zandra Montañés Carreño
Imagen: Hebe Gardes