lunes, 5 de septiembre de 2011

-No llores más paloma, no llores más -contestó entonces el torcazo- no creas a la zorra. Tú di que no se corta el pino con su rabo rabino, que se corta con un hacha de acero fino.
Siguió entonces su vuelo el torcazo y la paloma se quedó más tranquila.

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