jueves, 29 de octubre de 2009

Me costó mucho aprender a leer

Me costó mucho aprender a leer. No me parecía lógico que la letra m se llamara eme, y sin embargo con la vocal siguiente no se dijera emea sino ma. Me era imposible leer así. Por fin, cuando llegué al Montessori la maestra no me enseño los nombres sino los sonidos de las consonantes. Así pude leer el primer libro que encontré en un arcón polvoriento del depósito de la casa. Estaba descosido e incompleto, pero me absorbió de un modo tan intenso que el novio de Sara soltó al pasar una premonición aterradora: “¡Carajo!, este niño va a ser escritor”
Gabriel García Marquez.
Vivir para contarla.

miércoles, 28 de octubre de 2009

PEGASOS




Tournez, tournez, chevaux de bois

VERLAINE


Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.

........................................................

Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!

lunes, 19 de octubre de 2009

EL POLLO QUE FUE A COBRAR UN REAL



Había una vez un pollo que escarbando, escarbando en la cuadra encontró un papelito que decía:

-El rey me da un real. Iré a Madrid a cobrarle este real al rey.

Y emprendió el camino hacia la corte. Cuando ya había recorrido un buen trecho se encontró con un lobo.

-¿Adónde vas, pollito, que te voy a comer?
-Voy a Madrid. Escarbando, escarbando en la cuadra, encontré un papelito que dice que el rey me dará un real y lo voy a cobrar. ¡Métete en mi tripa, que a la vuelta ya me comerás!

Y el lobo se metió en la tripita del pollito.

Andando, andando se encontró con un zorro.

-¿Adónde vas, pollito, que te voy a comer?
-Voy a Madrid. Escarbando, escarbando en la cuadra, encontré un papelito que dice que el rey me dará un real y lo voy a cobrar. ¡Métete en mi tripa, que a la vuelta ya me comerás!

Y el zorro se metió en la tripa del pollo. Siguió andando y llegó al mar y el mar le dijo:

-¿Adónde vas pollito, que te voy a ahogar?
-Voy a Madrid. Escarbando, escarbando en la cuadra, encontré un papelito que dice que el rey me dará un real y lo voy a cobrar.¡Métete en mi tripa, que a la vuelta ya me ahogarás!

Y el mar se metió en la tripa del pollito.

Finalmente llegó a las puertas del palacio y a todos los guardias les dijo que quería hablar con el rey. Éstos fueron a preguntárselo al rey quien les dijo:

-¡Bah, no hagáis caso! Llevadlo a la cuadra y veréis qué pronto lo matan los caballos.

Los guardias cogieron al pollito y lo encerraron en la cuadra con los caballos; pero el pollito, nada más llegar, soltó al lobo que llevaba en la tripa y éste mató a todos los caballos.
A la mañana siguiente los criados metieron al pollito en el corral y éste soltó al zorro que llevaba en su tripa y mató a todas las aves que allí estaban. Al día siguiente los criados dijeron al rey:
-Majestad ¡si vieseis lo que ha hecho el pollito en el corral! ¡Ha matado a todas las aves!
-¡Pues lo condeno a muerte! Preparad cien carros de leña y haced una hoguera para quemarlo a la puerta del palacio.
Los criados prepararon la leña y cuando toda la leña empezaba a arder, el pollito soltó el mar que llevaba en la tripa y el agua apagó el fuego e inundó todas las casas de Madrid. Cuando el agua llegaba ya a los balcones del palacio, se asomó el rey y gritando dijo:

-¡Pollito, no me ahogues! ¡No me ahogues! ¡Deja de soltar agua y te daré lo que quieras! ¡Te doy la mitad de mi reino!

Pero el pollito seguía soltando todo el agua que llevaba en la tripa. El rey, viendo que no paraba, le dijo:

-¡Pollito, no me ahogues! ¡Te doy la otra mitad de mi reino!

Así el rey se quedó sin reino y el pollito regresó a su casa muy contento, tirando monedas de oro y cantando:

“¡Quiquiriquí he ganado
quiquiriquí un reinado.”

GRACIAS AL MAESTRO CUENTACUENTOS:

http://elmaestrocuentacuentos.wikispaces.com/El+pollo+que+fue+a+cobrar+un+real

sábado, 17 de octubre de 2009

LAS NUBES

http://www.youtube.com/watch?v=FWR5R-dwKS0

El zurrón que cantaba




Para muchos, el mejor cuento popular español. Es cuestión de gustos. Este cuento está difundido en múltiples versiones y aparece con distintos nombres, pero en todos late la cruel, realista y picaresca historia de “El Hombre del Saco”. Cuento admonitorio sobre los peligros que acechan a los niños y canalizador de los miedos y terrores que ellos sufren.

Cristina hizo de niña y las ilustraciones que Roser Capdevila realizó para la edición de Algaida fueron reducidas a siluetas y, luego, tratadas con acuarelas. De Albéniz, Rapsodia Española, la música.









Érase una vez una pobre mujer que sólo tenía una niña a la que quería mucho. Un día le regaló unos zapatitos de charol.
Cierto día la mandó a buscar agua a la fuente con un búcaro. La niña obedeció y cuando llegó a la fuente, se quitó los zapatitos para que no se le mancharan. Pero junto a la fuente estaba sentado un mendigo, viejo y muy feo, que llevaba un enorme zurrón y que no dejaba de mirar a la niña con ojos perversos. La niña, que se había dado cuenta de cómo la observaba, sintió miedo, limpió y llenó su búcaro y emprendió el camino de regreso a su casa.
Cuando llegó a su casa se dio cuenta de que había olvidado sus zapatitos junto al pilón. La niña volvió para recuperarlos. Pero cuando llegó, el mendigo todavía estaba allí y los zapatitos habían desaparecido.

- ¿Andas buscando algo, pequeña?
- Sí. Había olvidado en el pilón unos zapatitos de charol. Venía a recogerlos.
- ¡Ah, eran tuyos! Has tenido suerte. Yo te los he guardado.
- ¡Si! ¿Dónde están?
- Aquí, en mi zurrón. Ven a recogerlos; no tengas miedo... Ahí, en el fondo del zurrón los encontrarás. Recógelos tú misma.

Y la niña metió la mano en el zurrón, y en ese momento el viejo la empujó y la metió adentro.
Luego ató con una cuerda la boca del zurrón y se lo cargó al hombro. La niña gemía y suplicaba que la sacara de allí y el viejo le decía:

-¡Nunca más verás a tu madre! ¡Deja de llorar! Y, si quieres comer, tendrás que cantar cuando yo te diga:
"Canta, zurrón, canta,
o, si no, te doy con la palanca."

Y así se la llevó por los pueblos para ganarse la vida. A todas las partes que llegaba, en vez de pedir limosna, colocaba el zurrón en medio de la plaza y le decía:
"Canta, zurrón, canta,
o, si no, te doy con la palanca."

Entonces la niña se ponía a cantar:

- “En un zurrón voy metida,
en un zurrón moriré,
por culpa de unos zapatos
que en la fuente me dejé.”


Cantaba tan bien la niña, que todos querían oírla y el viejo fue llenando sus bolsillos con las monedas que le daban a cambio de hacer cantar el zurrón.

Pasó el tiempo y un día el viejo volvió al pueblo de donde era la niña. Quiso el azar que colocara el zurrón delante de la puerta de la casa de la madre de la niña. La niña comenzó a cantar y su madre reconoció su voz. Entonces ella dijo:

- Buen hombre, no tengo dinero que darle... Pero como es tarde y amenaza lluvia, podéis cenar y pasar la noche en mi casa.

El viejo aceptó y tras la cena se quedó dormido como un lirón. Entonces la madre abrió el zurrón, sacó a su hija y se la comió a besos. Le dio de comer, la acostó y la arropó cálidamente en su cama.
Pasaban por allí un perro, un gato y un conejo. Metió dentro del zurrón al perro y al gato, y dejó libre al conejo porque los conejos no hacen daño a nadie.
A la mañana siguiente, el mendigo se despidió y emprendió su camino. Y a la puerta de una casa dijo:
"Canta, zurrón, canta,
o, si no, te doy con la palanca."
En aquel momento, el perro y el gato que estaban dentro de zurrón dijeron:

- Viejo pícaro:¡Guau, guau!
- Viejo perverso:¡Miau, miau!

El malvado mendigo, creyendo que era la niña quien eso decía, abrió el zurrón para pegarle con la palanca. Entonces el gato se abalanzó sobre él y le sacó los ojos; mientras el perro de un mordisco, le arrancó la nariz.

Y colorín, colorado, este cuento se ha terminado.

Hermano Francisco (Mirta Aguirre)



Zapatero,
zapaterillo,
zapatillero.
Si hay que matar al novillo,
no me hagas botas de cuero.

Que no las quiero,
zapaterillo,
zapatillero.

Que no las quiero,
si hay que matar al novillo,
si hay que matar al cordero.

viernes, 16 de octubre de 2009

¿Qué tal se te da lo de “planchar la oreja”?

http://www.muyjunior.es/index.php?option=com_content&task=view&id=726&Itemid=1

¿Qué tal se te da lo de “planchar la oreja”? ¿Eres de los que se quedan fritos sin más o necesitas que no se escuche ni una mosca? Seas como seas, seguro que si una noche no duermes bien, a la mañana siguiente estás de mal humor, te cuesta concentrarte y hasta las bromas de tus amigos te resultan insoportables.

La falta de sueño es una sensación terrible, como si tuvieras un batallón de hormigas corriendo bajo tu piel, que te hace estar más sensible que nunca. Dormir bien es fundamental para la salud: nos carga las pilas, fija nuestra memoria y nos conecta con nuestra parte más irracional. Durante el sueño, nuestro cerebro sigue funcionando y llegamos a tener ensoñaciones tan reales como la vida misma.

Además, dormir lo suficiente suele ser el secreto de belleza mejor guardado por los superguapos: modelos, actores, presentadores... no dudan en confesar que ni el mejor maquillaje es capaz de embellecer tanto como una noche reparadora. Descansar lo necesario nos ayuda a tener la piel más tersa y luminosa, a que desaparezcan las ojeras y a que nuestro rostro esté relajado y feliz... ¿Que no te lo crees? ¡Pues fíjate si no en lo atractivos que nos resultan los koalas y los perezosos! ¡Son los más sexies del zoo! ¡Y cómo no lo iban a ser, si duermen casi 20 horas al día!

A nosotros no nos hace falta dormir tanto, en general con 8 horitas estamos listos. Aunque algunos estén más cerca de las 10 y otros con 7 tengan suficiente. Más que un número de horas concreto, lo importante es la calidad del sueño, que sea reparador y nos levantemos con la sensación de haber descansado profundamente.

Si te cuesta dormir bien, aquí tienes unos truquillos para que pruebes suerte la próxima noche en blanco:

· Cena prontito: dos o tres horas antes de meterte en la cama.
· No tomes refrescos con cafeína o chocolate durante la tarde, que son muy excitantes.
· Ventila bien la habitación para que entre aire fresco.
· No hagas mucho deporte o actividad física a última hora de la tarde.
· Ponte música relajada.
· Utiliza la cama sólo para dormir, no te pongas a hacer los deberes o leer.
· Si aun así, no hay forma, háblalo en casa para buscar entre todos una solución.